martes, 18 de noviembre de 2008

CARLOS ANGULO: Vacancia Presidencial

De: joo cesar - jocajoo1@yahoo.es
Fecha: Mar, 18 de Nov, 2008 9:16 am
Asunto: CARLOS ANGULO: Vacancia Presidencial



Coletillas al Margen
Perú: vacancia presidencial
Carlos Angulo Rivas
El esfuerzo por mostrar un país sin problemas constituye el principal objetivo de los embusteros en el gobierno bajo la batuta de Alan García Pérez. La Cumbre de líderes de la APEC es el escenario de la nueva opereta montada por el gobierno para salir del profundo lodazal de la corrupción, la putrefacción y la incompetencia. La Cumbre en realidad es una reunión formal de declaraciones elaboradas de antemano sin mayor trascendencia, sin embargo, el énfasis patriotero puesto por el gobierno aprista busca crear expectativas sobredimensionadas en beneficio propio, no del país subordinado al imperio de las superpotencias económicas que tomaran parte: Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Canadá, quienes vendrán a saber qué más se pueden llevar en recursos naturales de los países más pobres: Chile, Perú, México, Vietnam, Malasia o Singapur (reinado asiático de la corrupción). Además, la Cumbre de APEC se realiza en medio de la gran crisis financiera mundial, producto del neoliberalismo auspiciado por esas mismas superpotencias económicas que aplaudieron a rabiar la globalización, el libre mercado y las privatizaciones. Esquema, hoy en día, en quiebra, revisión total y restructuración. Tanto es así que los presidentes, los 55 ministros; 1,300 empresarios; 3,618 delegados; 2,800 periodistas; 600 agentes de seguridad de las propias delegaciones; y los miles de invitados concurrirán en plan turístico solventado, en parte, por un país inmerso en monumentales problemas sociales y de pobreza extrema. El Perú perderá como siempre porque ni habrá el famoso "chorreo" ni se crearán fuentes de empleo frente a la invasión, por ejemplo, de productos chinos baratísimos (TLC con China) con los cuales será imposible competir; pero ganará Alan García y su comparsa de empresarios antinacionales, ministros corruptos y funcionarios de su corte. Ya la reunión de los 20 países altamente industrializados en Washington, la semana pasada, con George W. Bush a la cabeza, ha subordinado todos los acuerdos nominales de la Cumbre de la APEC, por consiguiente no hay nada que agregar, excepto el lucimiento histriónico de Alan García anunciando la acostumbrada sarta de mentiras, de país elogiado mundialmente, como si estuviéramos en una situación de la maravillas.
Casi el ochenta por ciento de los ciudadanos del Perú pide la vacancia presidencial por razones conocidas y propaladas hasta la saciedad, aunándose a ellas la reciente corrupción del caso PETROGATE convertido en falta de escrúpulos multisectorial, obscenidad e impudicia, que involucra a la mitad del ex gabinete ministerial de Jorge Del Castillo y a las propias instancias de confianza de palacio de gobierno. De ahí la divulgación exagerada de una Cumbre APEC, formal y periódica, que por coincidencia este año recayó en el Perú; de ahí el afán de despertar falsas expectativas y primores de farándula como aquellos de declarar tres días feriados (miedo a las manifestaciones de protesta) e inculcar el patriotismo por decreto supremo (embanderamiento de la ciudad, ni que fuera 28 de julio.) Acostumbrados a la fanfarria y los pañuelos blancos, los apristas en el poder, quieren mostrarnos frente al mundo como una república bananera; y utilizando a la APEC piensan librar a su presidente de los escándalos de la corrupción, el incumplimiento de las promesas electorales y la debacle del régimen impuesto a sangre y fuego a fin de permanecer, contra viento y marea, en el manejo del estado. Mostrar ante los delegaciones extranjeras un paraíso inexistente en el país, no puede hacernos bajar la guardia en la lucha política y social para la conquista de la democracia verdadera y participativa; tampoco lo logró el cambio mediatizado del gabinete ministerial promoviendo al izquierdista afligido, arrepentido y servicial, Yehude Simon, a la presidencia del consejo de ministros. Que Alan García Pérez debe caer, vacando la presidencia de la república, es una necesidad histórica del país, porque sólo con el ejemplo se educa y su caída será el mejor ejemplo nacional, la garantía de que en el Perú todavía se puede hacer patria y no volverán a ocurrir hechos tan obscenos como el PETROGATE y otros muchos sin descubrir por la ausencia de "chuponeo" o filmaciones al estilo Montesinos.
¡BASTA YA! de corrupción y estafa nacional. Este es un grito de la ciudadanía. Si en la cabeza de Alberto Fujimorí se están juzgando, también, las filmaciones de Montesinos y la corrupción generalizada; la necesidad del "sí se puede" vacar la presidencia nos devolverá la fe en construir un país limpió de descomposición e inmoralidad, de encubrimiento e impunidad. No existe otro camino. El ejemplo de castigar a los facinerosos será la mejor educación presente y generacional. Entre otras muchas inhabilitaciones de Alan García, enumeramos las principales por las que debe dejar la administración del estado inevitablemente:

1.- Vacar la presidencia, por estar Alan García comprometido en actos de corrupción comprobable junto a sus ex ministros Jorge Del Castillo (Premier); Luis Alva Castro (Interior); Juan Valdivia (Energía y Minas); Hernán Garrido Lecca (Vivienda, Salud); María Zavala (Justicia); Carlos Vallejo (Salud); y los actuales ministros José Chang (educación); Enrique Cornejo (Vivienda, caso collique). Todos ellos involucrados en la extensa red de corrupción montada ex profesamente para el enriquecimiento ilícito de carácter multisectorial, tal como se observa a través de la investigación del caso PETROGATE y los petroaudios, a la par de la valiosa información en el disco duro de la computadora de León Alegría. Vacar la presidencia, por haber nombrado gerente de operaciones comerciales en la sombra a su amigo íntimo y compadre espiritual Rómulo León Alegría y haber recibido en palacio de gobierno al oscuro empresario dominicano Fortunato Canáan, el individuo encargado de procesar los negociados multisectoriales y colocar el dinero de las comisiones off-shore en los paraísos financieros de la corrupción internacional. Por tratar de embolsicarse en equipo, según cálculos moderados, más de cincuenta millones de dólares de coimas (0.5 por barril extraído) de los cinco lotes adjudicados a Discover Petroleum, gracias al amarre de las empresas estatales Petroperú y Perúpetro en manos de los siniestros funcionarios alanistas: Jorge Gutierrez y Daniel Saba. No estamos mencionando aquí la variedad de otros contratos del famoso gerente de operaciones comerciales en la sombra, ligado también a los negocios sectoriales de salud, seguridad, vivienda, carreteras, minería, justicia, etc. Negociados salidos a la luz, en los cuales actuaron en coordinación con León Alegría, según propias declaraciones, el secretario privado Luis Nava y la secretaria privada Mirtha Cunza de palacio de gobierno, ambos sujetos de extrema confianza de Alan García desde la época de su catastrófico y corrupto primer gobierno.

2.- Vacar la presidencia, por la absoluta falta de representatividad de Alan García en el contexto nacional y por establecer un género de dictadura civil fascista. A nivel nacional, el rechazo y la censura a su gestión, corroída por la inmoralidad, según variadas encuestas llega al 80 % de la población; lo cual indica que sólo un peruano de cada cinco ciudadanos apoyaría la irremediable plaga alanista instituida en el gobierno. De ahí la recurrencia a la persecución política de periodistas independientes, la penalización de la movilización social, la conculcación de los derechos de los trabajadores y campesinos y los decretos de emergencia levantando las garantías constitucionales en las regiones que impugnan las medidas gubernamentales que afectan sus intereses.

3.- Vacar la presidencia, por el abandono total de las promesas electorales del candidato Alan García en el libreto del "cambio responsable," entregando los recursos naturales del país a la voracidad de las empresas transnacionales, bajo la indecente invención de contratos leoninos para favorecer las "inversiones": exoneración de impuestos, regalías y otros como tarifas excesivas de los servicios públicos. Dos años y medio de gobierno, constituido como la gran estafa nacional al seguir un programa de extremismo neoliberal, hoy en plena crisis financiera mundial, motivo por el que se ha ganado el apelativo de "presidente de los ricos." Fundamentalismo económico del crecimiento sin "chorreo" sin desarrollo, sin distribución equitativa de la riqueza; con falta de empleo, recesión e inflación iniciada con la subida de precios de los artículos de primera necesidad.

4.- Vacar la presidencia por la completa ausencia de gobernabilidad, generando el caos social y la protesta popular ante la falta del pan sobre la mesa y de trabajos honorables. Sucesivos paros nacionales y regionales, bloqueo de carreteras, toma de locales estatales, quema de locales públicos, etc. Agresión policial y armada a las comunidades campesinas y nativas por el hecho de dejarse arrebatar sus tierras y reservas naturales. Debido a su vez a los desmanes de las empresas privadas en afán de mayor lucro, sin importarles la depredación de los bosques, el envenenamiento de los ríos y la contaminación química del medio ambiente. Los casos de la rebelión amazónica y en Moquegua, Tacna y Sicuani; y anteriores en San Martín, Ayacucho, Cajamarca, Puno, Cusco, Junín, Ancash, etc. revelan la incompetencia del gobierno de Alan García, dedicado a favorecer a las empresas privadas por sospechosos gananciales de funcionarios, ministros y mandatarios, en vez de atender las demandas de los pueblos del interior del país. Agitación social debido a la exclusión y desprecio hacia los pobres. La falta total de gobernabilidad es evidente y empeora ante las maniobras "bomberiles" de establecer "mesas de dialogo" de alto nivel, a lo largo y ancho del territorio nacional, llegando a acuerdos firmados que nunca se cumplen.

5.- Vacar la presidencia por las continuas transgresiones de la ley al haber Alan García establecido una mafia infecta en el Congreso: partido de gobierno en alianza con los rezagos de la gigantesca inmoralidad fujimorista y los tránsfugas de todos los pelajes, a fin de apoderarse consecutivamente de la mesa directiva y ejercer desde allí el dominio total de todas las instituciones del estado y sobre un Poder Judicial, endeble, sometido al poder político. Conjunto institucional sostenido a la fuerza debido a la manipulación política, no profesional, de la Fuerza Armada y Policial, donde la carrera militar de los méritos, la competencia, la foja de servicios y el honor, ha sucumbido ante la prebenda y la maniobra del jefe de estado nombrando a comandantes generales serviles y corrompidos, como, por ejemplo, el actual comandante general del ejército Edwin Donayre, comprometido en la "desaparición" de decenas de miles de galones de gasolina en los cuarteles bajo su mando. Con el agravante de burlar, en seis oportunidades, el citado general, los mandatos de la fiscal anticorrupción que investiga este escándalo de enriquecimiento ilícito de los altos mandos militares. Transgresiones de la ley inaceptables en el estado de derecho.

6.- Vacar la presidencia debido a la subordinación de la soberanía nacional a intereses empresariales y de inversión extranjeros, sin tener en consideración la seguridad nacional y la integridad territorial. Proyectos en ejecución, sin consultar la opinión de la Fuerza Armada en los casos que involucran y comprometen la defensa de la patria como son el espacio aéreo, marítimo, los puertos, aeropuertos, etc. y los recursos energéticos y forestales. Además, de permitir arbitrariamente la presencia de tropas norteamericanas en la región sur central y en la amazonía, como si la fuerza armada nacional fuera incompetente y no digna de confianza.

No cabe duda, otros muchos más acápites pueden agregarse a esta lista de motivos fundamentales para vacar la presidencia de la república como una necesidad histórica de los ciudadanos dignos. Pero ciertamente una medida drástica de esta naturaleza, vacar la presidencia de la república, no puede darse por renuncia de un hombre sin escrúpulos como Alan García; tampoco puede darse, a pesar de la incapacidad moral, por destitución en un Congreso dominado por la mafia apro-fujimorista y los tránsfugas; tampoco por un referendo revocatorio imposible de convocar por el congreso actual o el presidente de la república; en consecuencia, alcanzar el objetivo de la vacancia presidencial sólo puede ocurrir con la insurgencia popular de norte a sur y de centro a oriente, una huelga general, de un solo grito: ¡basta ya! ¡si se puede! Como en Argentina contra De la Rúa, en Bolivia contra Sánchez de Lozada, en Ecuador contra Lucio Gutiérrez y en el propio Perú contra Alberto Fujimori en su tercer mandato. Precisamente por ello, la propuesta del ex candidato presidencial Ollanta Humala de declarar la vacancia presidencial y adelantar elecciones, de comprobarse lo que ya está comprobado, la enorme red de corrupción del gobierno mafioso de Alan García, cayó en saco roto. La iniciativa fue buena, pero inmediatamente fue distorsionada por los defensores del sistema putrefacto al que llaman estado de derecho, democracia, gobernabilidad y estabilidad política institucional; justamente de lo que adolece este gobierno.
Y es que la salida al entrampamiento no puede ser "constitucional" y menos manejada por los corruptos a ser desplazados, más temprano que tarde. La salida política pertenece al campo del rescate del poder soberano delegado en sus representantes, principio esencial de la democracia. El derrocamiento del gobierno es la única instancia de esta recuperación en absoluto absurda, pues respeta la autonomía del poder soberano; en este caso usurpado por una minoría que perdió toda representatividad debido a sus propios actos, incluidos los de la corrupción, burlándose de la finalidad para la que fueron elegidos. Alan García ironizó la iniciativa de adelanto de elecciones con un estilo cínico, como si se tratara de la ambición personal de Ollanta Humala por reemplazarlo, cuando en concreto, llegado el caso, el ex candidato presidencial sería uno más en cualquier contienda electoral y no el único posible. Bueno es recordarle a Alan García que cualquier sistema democrático se fundamenta en el voto universal y en la delegación del poder soberano de los pueblos en sus representantes, con la finalidad de mantener un equilibrio de poderes en función del bienestar general. Y lo que está en discusión por esas nítidas ausencias es la vacancia presidencial y la caída del régimen en su totalidad. Ni siquiera en está instancia se está contra el sistema sino contra la corrupción endémica en el país reforzada por Alan García.
La insurgencia popular es la única salida a la crisis de gobernabilidad; esto implica la huelga general, la revolución moral de norte a sur y de centro a oriente, obligando a García Pérez a la renuncia inmediata en nombre del futuro de toda la nación, en orden de reestablecer la confianza ciudadana y la institucionalidad democrática. Pero esta única opción obliga a pensar en un gobierno provisional de reemplazo, de emergencia concreta que bien podría ser administrado por el presidente de la Corte Suprema, quien entregaría el mando a los nuevos gobernantes, surgidos del adelanto de elecciones generales.

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