De: Alvaro Pinto - alvaroipc@hotmail.com
Fecha: Mar, 4 de Nov, 2008 7:41 am
Asunto: Bajar impuestos, no obras (Correo)
www.correoperu.com.pe/lima_columnistas.php?id=77712&ed=14
4 de Noviembre de 2008
Bajar impuestos, no obras
¿Por qué no bajan algo los alimentos industriales cuando se han desplomado los precios de la soya (ha caído 44% en los últimos tres meses) y el trigo en los mercados internacionales y ya hace varias lunas? Esa botella de aceite no debería seguir a S/.8, como tampoco tan caros los fideos. ¡Al revés sí que suben al toque!
Hace unos pocos años, el ex ministro laborista Peter Mandelson estremeció Inglaterra cuando declaró que ahora todos somos thatcherianos. Era una dura admisión de que el credo básico del monetarismo (inflación baja, equilibrio fiscal, incentivo de la competencia, reducción del Estado empresario) se había impuesto en la izquierda moderna. Parafraseando a Mandelson, ahora todos somos keynesianos para enfrentar esta crisis tan profunda (como bien anota The Economist, Volvo recibió pedidos por 42 mil camiones pesados para Europa en el tercer trimestre del 2007. Este año sólo le han ordenado 115 camiones en el mismo lapso...).
Personalmente, Keynes me cae muy bien, sobre todo por su ácido humor. Cuando regresó de EE.UU. en los 40 tras una cumbre económica, un periodista zurdo le preguntó si Inglaterra en esa reunión se había vendido a los yanquis y se había convertido en el 51 estado norteamericano. Keynes le respondió: Desafortunadamente, no.
Usar el keynesianismo (o estímulo fiscal para empujar la demanda) en estas emergencias extremas es válido, pero ojo que no es combustible muy limpio: cuando se abusa de él -como se tiende a hacer- se puede llevar a la inflación, a una deuda pública que aplastará a las futuras generaciones y a cerrarle el crédito al sector privado al engullirse el sector público la liquidez disponible. Pero no es tiempo para ponerse exquisitos, pues urge usar el arma fiscal cuando el arma monetaria ya es insuficiente. Por eso me río cuando leo que economistas izquierdistas están sugiriendo subir impuestos en esta situación. ¡Burros! Si algo habría que hacer de ponerse difíciles las cosas es bajarlos, comenzando por el IGV y el ISC a los combustibles, para alentar el consumo.
Reducir tributos es mucho más rápido contra una recesión que la obra pública, porque ésta demora mucho (el Estado es muy lento, el SNIP, la falta de proyectos...) y la inyección fiscal debe ser supersónica.
Ministro Valdivieso, analice bajar esos impuestos. Metamos un veloz shot fiscal a las venas del país. Y consiga que la FED nos extienda una línea de dólares por swaps, como a Brasil y México.
Aldo Mariátegui
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario