De: "Raul Chacon" - eduardochacon@viabcp.com
Fecha: Vie, 12 de Dic, 2008 7:53 am
Asunto: Demandan que se cumpla plan de alertas en La Oroya/ Dogmas sobre la minería
EL COMERCIO
CONTAMINACIÓN ES ALTA
Demandan que se cumpla plan de alertas en La Oroya
Se debe aplicar un sistema de precaución cuando las emisiones superan los límites
Por Manuel Marticorena. Enviado especial
LA OROYA. La contaminación en la ciudad de La Oroya aún es evidente. Se nota de inmediato. Una vez en la ciudad se ve el humo salir por la gigantesca chimenea de la fundición y se siente un intenso ardor en la nariz, producto de las emisiones de la refinería y la fundición que allí operan y que pertenecen a la minera Doe Run.
Rosa Maro, presidenta del Movimiento por la Salud de La Oroya (Mosao), dice que ni la empresa ni el Ministerio de Salud están aplicando los planes de alerta y contingencia ambiental para los momentos en que la nocividad de la fundición es alta, tal como se acordó en julio del 2008. Es decir, cuando las emisiones sobrepasan los límites establecidos por la Dirección General de Salud, las operaciones de Doe Run deben reducirse o paralizarse y se debe alertar a la población para que no salga de sus casas. Ayer fue uno de esos días. El índice sobrepasó los 2.500 microgramos por metro cúbico de emisiones de dióxido de azufre y llegó a 4.400 microgramos. Sin embargo, nunca se alertó a los pobladores. Rosa Maro señala que esto es común.
La dirigente señala también que la planta de ácido sulfúrico del circuito de plomo que se inauguró en octubre no está funcionando. Al respecto, el gerente de Asuntos Institucionales y Comunicaciones de Doe Run, Víctor Andrés Belaunde, indicó que esta versión no es cierta y que la fábrica sí está funcionando.
Sobre las acciones de alerta que deben aplicarse en casos de un mayor índice de nocividad, Belaunde señaló que no tenía conocimiento respecto al manejo operativo de dichos planes.
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-12-12/demandan-que-cumpla-plan-alertas-oroya.html
PUNTO DE VISTA
Dogmas sobre la minería
Por María Chappuis. Economista*
Sobre la minería se difunden una serie de dogmas que no admiten réplica. Recientemente, una asociación de alcaldes de Lambayeque se jactaba de haber desterrado a una minera y así evitado que el río Zaña "se contamine". ¿Sabrán que el complejo minero más antiguo del país fue construido por la cultura Sicán, entre 750 y 1150 d.C. en Batán Grande? Al parecer, tampoco estas autoridades se preocupan por la ausencia de plantas de tratamiento de aguas servidas en sus jurisdicciones, primer punto que verifican las certificadoras del Global G.A.P. a las agroexportadoras.
Esto no es un problema para estos alcaldes que sentencian: "La minería no puede convivir con la agricultura". Tampoco se enteraron que hubo dos regiones que se han disputado violentamente el canon minero que proviene de dos minas: una inaugurada en 1957 y otra en 1979, tiempo suficiente para haber matado a la agricultura de estas dos regiones, según su 'dogma'.
Otro 'dogma' es que la minería es fuente de corrupción, basados en los horrores cometidos en Sierra Leona y la extracción de diamantes. Habría que leer los estudios sobre el tema, como el de Petermann, Guzmán y Tilton (2007), que concluyen que los países con mayores exportaciones de petróleo suelen ser más corruptos que aquellos con menores exportaciones. Pero en la minería de metales básicos, como nuestro país, existen dos factores que determinan el efecto de la minería sobre la corrupción: el nivel de desarrollo del país (según su ingreso per cápita) y el tipo de mineral explotado.
Ese estudio concluye de que aquellos países cuyo ingreso per cápita anual es menor a US$3.200, un incremento en la actividad minera tiene asociado un mayor nivel de corrupción. Pero cuando los países superan dicho umbral, la corrupción tiende a disminuir. Respecto de los distintos minerales producidos, el estudio concluye que mientras mayor sea el valor por unidad de peso del producto en cuestión, mayor será su efecto sobre la corrupción.
Un tercer 'dogma' es que la minería no ha traído desarrollo. Sin embargo, no se cuestiona el análisis de Macroconsult (2008) sobre el impacto económico de la minería, donde se afirma que su crecimiento ha evitado que al menos dos millones de personas se encuentren en situación de pobreza. Según el estudio, los distritos mineros comparados con los no mineros tienen 3,7% menos de analfabetismo, un año más de esperanza de vida y 4% menos de desnutrición infantil. Esto se debe a que un miembro de un hogar en un distrito minero tiene 35,7% más de ingresos que su similar en un distrito no minero.
Concluyendo, la riqueza mineral no es suficiente ni necesaria para el desarrollo económico. Pero la minería responsable, unida a una administración pública eficiente, con mecanismos efectivos de regulación y control, puede hacer que el Perú pase de ser un líder latinoamericano en exploraciones mineras a un líder en producción minera. Necesitamos construir doce Antaminas para esto.
http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-12-12/dogmas-sobre-mineria.html
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