De: Elmer Antonio Torrejon Pizarro : etpizarro@hotmail.com
Fecha: Dom, 8 de Ago, 2010 7:00 pm
Asunto: Descentralización para incluir a los pueblos
Estimados amigos y amigas:
Comparto con Ustedes un artículo sobre descentralización en el Perú, un proceso para incluir a nuestros pueblos más olvidados y abordar descentralizadamente las pobrezas. Lo pueden leer en:
http://todosomosamazonas.blogspot.com/2010/08/la-descentralizacion-como-proceso-de.html
LA DESCENTRALIZACIÓN COMO PROCESO DE INTEGRACIÓN Y DESARROLLO EN NUESTROS PUEBLOS
Los últimos años en nuestro país se han caracterizado por la puesta en marcha de un proceso de descentralización cuya principal característica ha sido la creación de las presidencias regionales con el fin de que cada departamento de nuestro país tenga una autonomía en cuanto a su gestión gubernamental. Se han ido llevando a cabo diferentes procesos de “descongestionamiento del poder central” que ha hecho que muchos de los programas y presupuestos que se gestionaban desde Lima, se canalicen hacia los gobiernos subnacionales (regional, provincial y distrital) para que estos entes puedan manejar “desde lo local” los programas y presupuestos asignados.
Es decir, se esta tratando de que los gobiernos subnacionales asuman un protagonismo real y participativo en la cogestión del Estado, buscando la integración, el desarrollo humano y crecimiento económico de nuestro país. Este proceso como idea responde a un contexto mundial de descentralización que se está llevando a cabo en diferentes países, y un claro ejemplo de esta experiencia exitosa en nuestra región viene a ser el Brasil.
Para el Perú, el proceso de descentralización como idea esta muy de acuerdo a las necesidades de integración, desarrollo y crecimiento de nuestras regiones, pero como estrategia de intervención desde el Estado, no responde a las realidades diversas que caracterizan a nuestro país heterogéneo. Quizás el problema principal de entrada con relación a la estrategia descentralizadora desde el Estado, es el tema de los enfoques.
Los enfoques concebidos para la descentralización (enfoque de derechos, igualdad de oportunidades, democracia participativa, superación de la pobreza, desarrollo económico local, etc.) muchas veces caen en la “latencia luminosa” del discurso, y otras muchas veces no se adaptan a las realidades locales de nuestro país multidiverso. Entonces cabe preguntarnos lo siguiente: ¿se esta realizando adecuadamente la descentralización cuando muchos de nuestros derechos son vulnerados cada día?, ¿Existe igualdad de oportunidades en nuestro país cuando vemos que los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres?, ¿Existe democracia participativa descentralizada cuando los pobres de nuestro país son informados a través de medios de comunicación que obvian los verdaderos problemas que aquejan a nuestros hombres y mujeres?, ¿Se está superando la pobreza cuando vemos cada día que el Estado “institucionaliza la pobreza” por medio de los programas sociales?, ¿Existe un verdadero desarrollo económico local descentralizado cuando todavía nuestra agricultura, ganadería y turismo adolecen de un impulso para el crecimiento y desarrollo de estas actividades?.
A pesar de todo hay que reconocer que desde el Estado se está haciendo los esfuerzos necesarios para que el proceso de descentralización sea un verdadero factor de integración de los pueblos más excluidos del país y de impulso para el crecimiento económico y desarrollo humano. Pero muchas veces estos esfuerzos no llegan a convertirse en “experiencias exitosas” porque las estrategias de intervención no logran canalizar adecuadamente las demandas de las diversas poblaciones de nuestro país. Por eso desde el Estado es de suma necesidad reconvertir las estrategias de intervención sobre la base de lo que las poblaciones de nuestro país demandan.
La descentralización en nuestro país implica un conjunto de acciones destinadas a potenciar el autodesarrollo de las regiones del país, teniendo como base sus potencialidades agropecuarias, turísticas, culturales, ecológicas, etc. Es decir desde el Estado hay que dotar las “herramientas” necesarias y estratégicas para que los gobiernos subnacionales puedan gestionar el desarrollo viable, aceptable y sostenible de sus regiones; para ello el Estado tiene que tomar conciencia que no solamente descentralización significa la transferencia de recursos humanos y materiales, sino también una transferencia y constante “intercambio reciproco” de capacidades y conocimientos. El Estado entonces no solamente tiene que actuar como un ente unívoco de impartir conocimientos sobre el proceso, sino también que tiene que ser un receptor de aprendizajes y experiencias de los entes locales.
La relación Estado – Localidad es un especial espacio de conocer las diversas realidades del país. Este intercambio de conocimientos mutuos implica observar a la descentralización, no solamente como un proceso que parte desde el Estado, sino también un proceso que también puede ser impulsado desde lo local para que de esa manera contribuyamos a uno de los fines que persigue la descentralización: la participación igualitaria de todos los grupos.
Conociendo entonces las diferentes propuestas y demandas de los otros, dentro de un espacio de igualdad y equidad, se estará contribuyendo a la gobernabilidad democrática del país y sus regiones. Este conocimiento implica entrar en consenso para construir una hegemonía política descentralizada, un consenso horizontal y equilibrado entre el Estado y los ámbitos locales; y uno de estos espacios de intercambio consensuado de conocimientos seria el espacio intercultural.
Para la Región Amazonas el proceso de descentralización es de vital importancia, ya que implica poner en valor nuestros recursos agropecuarios, culturales y ecológicos a la hora de actuar en este espacio competitivo de la globalización. Es por ello que el gobierno regional cumple un papel fundamental en impulsar el crecimiento económico y desarrollo humano de la región. Los actuales candidatos regionales y locales deben visionar el futuro de nuestra región, para ello tienen que construir una misión que involucre tener propuestas claras y sinceras de acorde a nuestra realidad regional. Propuestas que se enmarcan en los siguientes puntos que vienen a constituir la “transformación deseada”, en el marco del proceso descentralizador para nuestra región:
• Constituirse como el principal centro nororiental exportador de productos agropecuarios (café, arroz, ganado, papa, etc.), no solamente al mercado nacional, sino también una economía insertada con el mercado internacional.
• El mayor destino turístico del norte y nororiente del Perú, para ello las nuevas autoridades y la población tienen que plantearse una plataforma de actividades para resguardar, restaurar y poner en valor la riqueza arqueológica, ecológica y la cultura viva.
• Fortalecer la educación regional, teniendo como punto de avanzada el conocimiento de nuestra realidad social, económica y cultural de nuestros pueblos.
• Una Región activa en el desarrollo del país, donde sus pueblos (excluidos actualmente), estén insertados en la sociedad nacional; participando de sus problemas y poniendo bases para construir los pilares del desarrollo.
• Una Región unida donde todas las provincias y distritos, busquen conjuntamente el desarrollo, dejando de lado ese actual divisionismo regionalista que no conlleva a nada. En este punto, dejemos de lado ese divisionismo de que “tal ciudad es mejor”, que “tal pueblo es más comercial que el otro”, y otros términos que históricamente nos han sumergido a un atraso moral, económico y humano.
• Para las nuevas autoridades, es de suma necesidad buscar la unión de los pueblos y formar un solo bloque regional, iniciando un dialogo regional donde participemos todos, y demos cada uno de nosotros, aportes para atacar en bloque las problemáticas de nuestra región. Espero que en un futuro próximo, todas estas rencillas, resentimientos y odios internos se borren totalmente; ustedes señores candidatos y nuevas autoridades tienen que dar el ejemplo.
La descentralización es un espacio importante que debemos aprovechar para el crecimiento y desarrollo del país y de las regiones. Para ello tenemos que reconceptualizar nuestros enfoques teniendo en cuenta lo local, respetando los conocimientos y las libertades de todas las poblaciones en especial las más vulnerables y excluidas. Hay que preparar a nuestra gente a afrontar los nuevos retos que implica el proceso descentralizador, para ello hay que crea conciencia, impartir e intercambiar conocimientos tanto desde el Estado y desde lo local. Tratemos entonces de aprovechar este proceso en curso para el crecimiento económico y desarrollo humano de nuestro país y las regiones más pobres y excluidas.
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