De: Walter Saavedra - ching_tien_tao@yahoo.com
CECILIA MIA CECILIA
Walter Saavedra
“Tu voz, tu voz existe.” (Gonzalo Rose, poema cantado por Lucha Reyes).
Cecilia mía
Dulzura de la distancia enervante
Cariño del dolor irreconocible
No te tuve cerca
Ni tu dolor me lo transmitiste
Cecilia mía
Te encontré hoy día
En el trasunto ignorado
De la voz que no se iba
Aunque estaba ausente
¿Cecilia dónde estás
Esta noche en que Bizancio
Se esconde tras
La muralla de la Lima de ayer?
Cecilia mía
Te recordé sin acordarme de ti
Porque cercana estás
Del pecho que nunca te perdió
Cecilia mía
Un día
Con esa dulzura que te caracterizaba
Me dijiste lo que siempre recuerdo
Y ahora he olvidado
Cecilia mía
¿Ya de qué sirven los recuerdos
Cecilia mía
Si siempre estás conmigo?
Yo no sé de efemérides
Yo no sé de recuerdos de un día
Yo no sé sino que jamás te fuiste
De donde no pudiste entrar
Porque siempre estuviste dentro
Cecilia mía
Deja
Cecilia mía
Que mi voz se quiebre
Ahora
Deja
Cecilia mía
Que mi voz se quiebre
Cuando el silencio invade
La soledad de mi pequeña habitación
Ya sin otoño
Como cuando Javier Heraud
Miraba su vida
Desde la pequeña embarcación
Donde quiso morir
Para estar siempre
En nuestros corazones
Cecilia mía
Escucha lo que no digo
En estas palabras que esconden más
Mucho más
De lo que digo
Escucha
Cecilia mía
Escucha lo que callo
Porque los días aciagos pasan
Y la luz de tu voz centelleante
Aquella que escuché
La última vez que conversamos
Aquella voz
La vuelvo a escuchar
En el centro de mi pecho
Donde dejaste mi corazón
Cuando te fuiste llevándotelo
Cecilia mía
Cecilia mía
Dulzura de la distancia enervante
Cariño del dolor inexistente
Cecilia mía Cecilia
Sueño del trueno
Anunciador de la lluvia
Lluvia de tus horas
Más serenas
Lluvia que hace germinar
La voz del silencio
La voz del silencio
Se levanta entre tempestades
¡Cecilia mía Cecilia!
¿Acaso las despedidas son despedidas?
Cuando el cariño era como el nuestro
No hay amiga mía
Otra voz más grande
No la hay
Cecilia mía Cecilia
Supiste ser
La mujer que anunció
Al alba de todos los días
El renacer de atardeceres
Cuyo disco rojo
Anuncia la voz presente
De quien aprende a apreciar
La belleza de un atardecer
Reflejando la silueta de los amantes
Cecilia mía Cecilia…
He aprendido
Cecilia mía Cecilia
Que toda voz es grande
Como lo es tu voz
Cuando sabe darse por entero
Aunque calle
En la luz de su propia mirada
Que no precisa de sonido
Para decir lo que tiene que decir…
¡Quién tenga voz para hablar
Que hable!
Pero
Sobre todo
Que calle si no desea decir nada
Cecilia mía Cecilia.
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