De: Actuwa ! bol@actuwa.org
Fecha: Vie, 3 de Oct, 2008 2:23 pm
Asunto: --especulación y crisis: ¡basta ya!
Especulación y crisis: ¡Basta ya!
Las finanzas desreglamentadas destruyen las sociedades. Silenciosamente, día a día, cuando los accionistas presionan a las empresas, es decir a los asalariados, para sacar mayor rentabilidad, tanto en el Norte como en el Sur. Montando un gran espectáculo y alboroto en las crisis agudas en las que se revelan brutalmente los incréíbles excesos de la codicia especulativa y su repercusión sobre la actividad y el empleo. Paro, precarización, crecimiento de las desigualdades: los asalariados y los más pobres están condenados a pagar sea los gastos producidos por la especulación sea los inconvenientes que se derivan del crac subsiguiente.
Desde hace dos decenios el camino de las finanzas mundiales no ha sido mas que una cadena de crisis: 1987, crac de la bolsa; 1990, crisis inmobiliaria en EEUU, en Europa y en Japón; 1994, crac de obligaciones americano; 1997 y 1998, crisis financiera internacional; 2000-02, crac de Internet; 2007-2008 finalmente, crisis inmobiliaria y quizá crisis financiera global.
¿Por qué tal repetición? Porque todas las trabas a la circulación de capitales y a la “innovación” financiera han sido abolidas. En cuanto a los bancos centrales que han dejado inflar la burbuja, no tienen otra salida que ir en ayuda de los bancos y de los fondos especulativos sin liquidez. No esperaremos la próxima crisis sin hacer nada y no soportaremos más tiempo las tremendas desigualdades que las finanzas del mercado propician. Ya que la inestabilidad es intrínseca a la desreglamentación financiera,¿cómo las ridículas llamadas a la “transparencia” y a la “moralización” podrían cambiar algo e impedir que las mismas causas, de nuevo, produjeran los mismos efectos? Acabar con ello supone intervenir en el corazón del “juego”, es decir transformar radicalmente las estructuras. Ahora bien, en el seno de la Unión Europea, cualquier transformación choca con la inverosímil protección que los tratados han creído conveniente conceder al capital financiero.
Es por lo que nosotros, ciudadanos europeos, pedimos la abolición del artículo 56 del Tratado de Lisboa, que, prohibiendo toda restricción a sus movimientos, ofrece al capital financiero las condiciones para una dominación aplastante sobre la sociedad. Pedimos igualmente que sea restringida la “libertad de establecimiento” (art. 48) que da la oportunidad al capital de colocarse allí donde las condiciones le sean más favorables, y permitiría aquí a las instituciones financieras encontrar asilo en la City de Londres o en cualquier otra parte.
Si por “libertad” tenemos que entender la de los poderes dominantes, encarnados hoy en día por las finanzas, para avasallar al resto de la sociedad, decimos inmediatamente que no la queremos. Preferimos la libertad de los pueblos para vivir fuera de la servidumbre de la rentabilidad financiera.
>> Firme la petición ahora !!!
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