El año que empezamos en peligro. EL E-COCHASKI Nº 39. Notas socioambientales del Perú (y allá)

De: Raúl Chacón : eduardochacon69@gmail.com
Fecha: Vie, 15 de Ene, 2010 11:14 am
Asunto: El año que empezamos en peligro. EL E-COCHASKI Nº 39. Notas socioambientales del Perú (y allá). Lima, 15 de enero del 2010.



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EL E-COCHASKI Nº 39. Notas socioambientales del Perú (y allá). Lima, 15 de enero del 2010.


Editorial. El año que empezamos en peligro

Cada año nuevo nos trae la ilusión de que los siguientes 365 días serán mejores y más felices que los anteriores, implicando tanto cambios como continuidades hacia un estado de cosas al menos relativamente superior al anterior. En cuanto a la problemática socioambiental peruana, esta vez el gobierno se encargó de despejar muy pronto esa ingenua y pasajera creencia. Ya en los últimos días del año pasado se produjeron dos avisos de que el 2010 tendríamos más de lo mismo, sino más de lo peor.



Por un lado, se firmó una inesperada acta entre la empresa minera Antamina y el gobierno regional de Ancash, con el aval del gobierno central, a fin de permitirle reinvertir sus utilidades durante cuatro años, erradicando así el monto del canon minero. Esto cada vez ha ido generando mayor malestar a nivel de las autoridades locales ancashinas. Por otro lado, se emitió el informe de la Comisión del Ejecutivo encargada de esclarecer los hechos del 5 de junio en las provincias de Bagua y Utcubamba, Amazonas. Sin embargo, la opinión pública crítica pronto se percató de que dicho informe no tenía muy poco de esclarecedor, y bastante de justificador de las actitudes y actos del gobierno que llevaron a que se produjera la muerte de 34 peruanos, entre policías y pobladores. A lo mucho, de manera superficial, se aludió al "apresuramiento y la falta de tacto del Ejecutivo", especialmente de los sectores ministeriales, autores de los decretos legislativos que generaron la protesta amazónica. Así que, supuestamente, las muertes se debieron a la falta de buenos modales del gobierno, más que al rechazo social que generó una manifestación política del modelo económico actual. Por ello, varias voces, empezando por AIDESEP, se han elevado pidiendo objetividad y capacidad de autocrítica al gobierno para informar verazmente sobre lo ocurrido en Amazonas hace medio año, a fin de conseguir justicia para las víctimas y evitar que un hecho similar ocurra.



En cuanto a lo primero, los actores más perspicaces de Ancash, desde antes de su firma, se manifestaron en contra del acta mencionada. Y en lo que va del año, ya dos alcaldes ancashinos, de Huari y Nuevo Chimbote, se han pronunciado en contra del acta firmada. Sin embargo, el alcalde del distrito de San Marcos, sede de Antamina, siendo el más perjudicado, pues a causa del acta dejará de recibir por canon minero millones de soles, durante cuatro años, aún no se pronuncia. Lo cierto es que dicho distrito, que recibió 620 millones de soles en los últimos tres años por canon minero, aún tiene un alto índice de necesidades básicas insatisfechas. Por ejemplo, carece de un hospital, que está en construcción desde hace tres años por el gobierno regional de Ancash, y el actual centro de salud funciona en una vivienda. Asimismo, el agua y la electricidad se cortan constantemente, a falta de una visión de desarrollo, sobrando componentes de corrupción local, que haya llevado a invertir en las obras necesarias en vez de en otras mal licitadas, como una pequeña comisaría, que se construirá por un monto de cerca de tres millones de soles. Como dice Mirtha Vergara, presidenta de una ONG que trabaja en la zona: “Esa riqueza es para mejorar la vida de sus verdaderos dueños. Pero es urgente elegir buenos alcaldes, buenos congresistas. Un acta no puede derogar una ley, aunque se dará compensación en obras a los alcaldes ancashinos por una suma de 7 millones, que no compensará los 900 millones de soles que reinvertirá Antamina”. Por si fuera poco, la Contraloría de la República no difunde aún el informe de la visita que le hizo a la municipalidad distrital de San Marcos en octubre del año pasado, durante la gestión del alcalde fallecido, que dejó tras de sí un vergonzoso velo sobre las cuentas locales. ¿Será la maldición de las riquezas naturales que se ha ensañado con Ancash y el distrito de San Marcos, en particular, o es tan sólo la falta de cuadros políticos y técnicos adecuados?



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Raúl Chacón Pagán