De: Hector Jesus Chunga Morales : hectorjch@yahoo.es
Fecha: Jue, 4 de Feb, 2010 8:07 am
Asunto: Plan de Pueblos Andinos: educación de primera para autoridades y ciudadanía de primera
Plan de los Pueblos Andinos: educación de primera para autoridades y ciudadanos de primera.
04 de Febrero de 2010
¿Qué tiene qué ver aquí educación y política? Explicaremos a partir del caso de Apurímac.
Realidad 1. Quien estudia triunfa en la vida: nuestros mayores acertaron y erraron a la vez. En el siglo XXI quien estudia sólo “académicamente en el salón†no triunfa; triunfa quien estudie mientras aplica el conocimiento y crea técnica y conocimientos como trabajo creativo (sinónimo de trabajo productivo) también en su casa, en su barrio, edificio, en su predio, en su comunidad: todo espacio convertido en escuela abierta, aplicable, emprendedora, empresaria, rentable y altamente distributiva como servicio.
Sin embargo, pese a que esta tendencia a la educación trabajando o educación creativa o productiva es la tendencia y –como reconoce una autoridad regional y un dirigente campesino – es la causa de algunos éxitos europeos y otros asiáticos, lo mejor del PER está en la voluntad de revalorar la identidad, los valores mismos, dotar de formación continua a los maestros con su participacionismo, pero una debilidad central –incomprendida desde la buena intención de operadores privados y gubernamentales- es justamente la mirada que sugieren las dirigencias comuneras y sus técnicos, co-autores del Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Andinos: aún con esos aportes, el Proyecto Educativo Regional, PER, no mira la formación de la personalidad y de la identidad apurimeña (que puede unir) desde el trabajo, desde el productor.
Se asume enfoques modernos pero todavía no educación que sirva al trabajo creativo-productivo. Olvidamos que si milenariamente el trabajo dignifica (hace digno, ciudadano) a la persona, es mejor si se ejerce desde pequeño/a como trabajo creativo, placentero (similar al ocio productivo), liberador de capacidades, potencias y las emociones que nos humanizan, que nos permiten arman un plan de vida, formar personalidades bien plantadas, autoestimadas y socialmente responsables. Lo contrario origina personalidades autoritarias, como nos lo permitió analizar en enero en Abancay el ejemplo –en un taller de padres- facilitado por una docente cubana post crisis de noviembre, acerca del caso del niño que no respetaba reglas entre compañeros y se pretendía imponer “pateando el tablero de juegoâ€. Naturalmente pregunté y opiné de cuál sería la conducta de dicho niño ya de joven o adulto en plena crisis abanquina.
Realidad 2: Con la Ley N° 29470 los congresistas del país (antinacionales, nacionalistas y los otros), y el Presidente que la promulgó, dividen nuevamente a los provincianos obligando a una segunda vuelta si en octubre no elegimos autoridades locales y regionales en primera con un mínimo de 30% de votos.
Sin embargo, esto excita y hasta alegra a algunos como en Apurímac, con liderazgos que reinan dividiendo o destruyendo, o tentados de aflojar el peso del/a estadista por la levedad de ser necia/o una y otra vez. Algo tendrá que ver el indicador escolar local pues saben de sumas simples pero sobre todo de cómo restar, nada de multiplicaciones y menos de productos, y se marean para calcular un mínimo común múltiplo, prefiriendo dividir.
Hay una tendencia negativa cortoplacista en el pensamiento político, inclusive de ilustres que suscriben respaldos electorales, como si el tiempo real de la comunicación global fuese aplicable al ejercicio del poder: entre el punto electoral, el punto del gobierno y el punto del poder del pueblo, importa la línea más corta para recorrerlos… no interesa si ésta se dirija a un barranco o quede sólo a la mitad,…luego vemos. Por eso toda/o mediocre político local-regional también es base, clientela o tonta/o útil del centralismo.
Opinión: un saldo del 2000 al 2010 es que poco se quiere saber que el factor común denominador de un buen gobierno, de su “sostenibilidad†ya no es solamente la capacidad y capacitación de la oferta servidora pública en sí misma, sino la de la demanda, sobre todo la buena capacitación aplicada de la demanda. Para que haya vigilancia ciudadana y base ciudadana de gobierno políticamente bien preparada hay que continuar gobernando desde abajo, aplicando, realizando, implementando las propuestas y generando socialmente conocimientos en y desde la sociedad civil. Gobernar sólo arriba, tener el sillón estatal es de lo más débil en sociedades diversas que cohabitan sin factor común como en Apurímac.
La clave sigue siendo gobernar desde la demanda –con presión social- bien informada, capacitada aplicando la capacitación, organizada e implementada. Si esto se inicia o retoma el último año de gobierno debiera darse pie a cómo se continuará. En ello debe alinearse –no concentrarse siquiera, sino alinearse, servir a ello- la inversión pública y la privada, empresarial y cooperante. Pero mientras haya la alegría de los convenios estatal-cooperantes financiero-técnicos para “desarrollar capacidades†sólo de la oferta de servidores (y sus currículums año a año, la nueva versión de la herencia colonial de títulos nobiliarios que causa furor también en sociedades como las nuestras) ni las cooperantes quieren saber de este nuevo ritmo o lo bailan con mucha discresión. A propósitos de los cubanos: ellos aprendieron a exportar biotecnología de punta y lograr cero desnutrición y cero analfabetismo porque cada casa, cada predio, cada barrio y comunidad se convirtió en productora de técnicas, no sólo agropecuarioalimentarias, sino de todo tipo para bien vivir.
El mismo Apurímac genera sus oportunidades de cambio: el Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Andinos, PDIPA, es una base concebida por comuneras/os y técnicos desde y para desarrollar empresarialmente, emprendedoramente el conocimiento aplicado desde lo familiar, lo comunal, lo asociativo, hasta la gestión pública. Junto con esta fortaleza, la otra es que –sin duda alguna- es el instrumento de gestión actual que tiene movimiento o movimientos sociales que lo asuman, defiendan, demanden y lo tendrán que aplicar, sirviendo de base a los que se están actualizando como Plan de Desarrollo Concertado (el anterior culmina este año) y Plan de Desarrollo Económico.
Por su parte, en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, hay toda una normatividad para el desarrollo de las capacidades del servicio público, pero con las justas amerita un artículo –sin fiscalización congresal ni aliento de Palacio - que los presidentes regionales formulen y presenten los Planes de Desarrollo de Capacidades Humanas (conocimiento aplicado) para su aprobación en el Consejo Regional.
El PDIPA busca ser eso. Es una gran oportunidad –en toda área: social, económica, ambiental, etc.- con un valor agregado sobre otros instrumentos de gestión, si definimos un plan como un instrumento de gestión con actores y protagonismo social que lo hace suyo y lo defiende, y no sólo como documento referencial.
El nuevo Presidente Consejero, profesor Rildo Guillén y el Presidente Regional, ingeniero David Salazar tienen la palabra para recuperar y articular educación, buena política y pueblos andinos con respaldo de ccorilazos (ganaderos lazo de oro) de las provincias altas inkas y el de los chankas. ¿Les interesará a las candidaturas y partidos?
Héctor Jesús Chunga Morales
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