martes, 10 de febrero de 2009

Callao: Una década viviendo en la ciudadela de Plomo

De: "Raul Chacon" - eduardochacon@viabcp.com
Fecha: Vie, 6 de Feb, 2009 8:33 am
Asunto: Callao: Una década viviendo en la ciudadela de Plomo

Una década viviendo en la ciudadela de Plomo



Y soñando con el día en que los niños volverán a respirar aire puro. Último dosaje realizado a mil 581 escolares chalacos arroja que el 77.5% de los niños de la red de plomo tiene en su sangre niveles permisibles de ese metal pesado. Sólo uno está gravemente contaminado. Disa Callao sostiene que es por las intervenciones.



En la Ciudadela Chalaca, barrio del Primer Puerto, ya nadie quiere saber de análisis de sangre ni de charlas sobre el plomo, a pesar de que ese metal pesado aún circula por la sangre de sus hijos y de los hijos de sus hijos. Se cansaron, dicen, de escuchar en los últimos meses que el plomo "bajó a niveles permisibles tal como lo estipula la OMS (Organización Mundial de la Salud)".

"¿Cómo bajó si a ninguno lo han tratado?", se pregunta Cinthia Padilla, madre de Julier Román Padilla de ocho años, cuyos niveles de plomo por su torrente sanguíneo eran de 46,1 ug/dl en el 2002 y que el año pasado "bajaron" a 9.5 ug/dl.

En buen cristiano, lo que eso significa –según indica su tarjeta de control de dosajes que le entregó la Dirección de Salud del Callao (DISA Callao)– es que hoy no tiene problemas de salud por plomo. Pese a estos resultados, Cinthia mira a su pequeño y siente que nada ha cambiado en estos diez años.

Su pequeño sigue igual. "Come normal y no engorda. No desarrolla como otros niños. Me aconsejaron que no lo tuviera en la calle, pero le gusta jugar. Por el plomo también le duelen los huesos".

Por eso, Cinthia no entiende por qué los médicos que le realizaron los dosajes le han dicho que ya no debe preocuparse y para que su hijo engorde "solo debe alimentarlo un poco más". Y si tiene anemia, se soluciona con suplementos de hierro.
"Resultados son mayores"

Justina Montalva, vecina del Sector IV de la Ciudadela Chalaca, cree que los dosajes están arreglados y que los resultados serían mayores a los mostrados. Lo piensa porque sus tres hijos, igual que los otros chicos de su barrio, no desarrollan. Y tampoco responden como deberían en el colegio. Son distraídos, dispersos y se cansan con mucha facilidad. Encima de todo, asegura, tienen TBC.

Otro que sufre por la contaminación de plomo es Luis Gallegos Pacora, presidente de la Coordinadora Regional de Defensa del Medio Ambiente y de la Vida (Credemav–Callao) y vecino chalaco.

Reconoce que en la última década hubo cambios e intenciones por proteger a la población del primer puerto, pero no son suficientes. Dice que de los once depósitos de minerales, ya solo quedan dos (Cormin y Perubar), pero aún no reúnen todas las condiciones de seguridad a fin de que el plomo en polvo con el que trabajan no contamine.

Con esas medidas se evitarían las "fugas" que sufren los camiones que transportan ese metal pesado. "(Los camiones) deberían ser encapsulados; por eso muchos jóvenes se suben a las tolvas, desgarran las lonas, sacan el plomo y lo llevan al barrio, para luego revenderlo". Ilícito negocio que consigue su "materia prima" todos los días en alguno de los 200 camiones que circulan en promedio por las avenidas Contralmirante Mora, Néstor Gambetta y otras.

¿Callao en emergencia?
Lo que preocupa más a Gallegos es que estos llevan el plomo a sus hogares, lo manipulan, se contaminan aun más y lo mismo pasa con sus familias y vecinos cercanos. Y nadie hace nada por remediarlo.

Una solución para este problema, pide Gallegos, es declarar al Callao en emergencia ambiental y solicitarle al Gobierno que cumpla con otorgar los 51 millones de soles para las atenciones en salud. "A través de una carta le planteamos al ministro Antonio Brack que declare en emergencia el Callao, y se vean las reparaciones por todo lo que ha implicado vivir con la contaminación".

Pero también que el metal y todo mineral que ingrese al Callao llegue embolsado y en carros herméticos. Y por supuesto, que de una buena vez se construya la faja transportadora de minerales que llevará sin contaminar los minerales al puerto y de ahí directo a los buques. A Felipe Cortés, dirigente del sector IV, también le preocupa que su hijo de 14 se vea como uno de ocho y por eso sufre.

Cansados y todo, por los niños y por aquellos que están en camino, Gallegos y Cortés les piden a las autoridades que no olviden que el problema no ha terminado. Que no olviden que ellos también merecen respirar aire puro.



Hay un niño con grave contaminación

La médica jefa de los centros de salud 'Alberto Barton' y 'San Juan Bosco', Doris Chunga Ruiz, precisó que en junio del 2008 se realizó un último dosaje a mil 581 escolares y los resultados arrojaron que el 77,5% (mil 226 niños) se encuentran dentro de la categoría I, es decir dentro de los niveles permisibles de plomo.

Dijo que 310 niños (19.5%) están en la categoría II, 44 niños (2.8%) en la III y tan solo un niño (0.1%) en la categoría IV, el nivel más alto de plomo; y que el niño debería ser hospitalizado de inmediato. Sin embargo, indicó que los padres del menor no quieren internarlo.

El asesor de la Dirección de Salud del Callao, Carlos Mansilla, recalcó que desde que se detectó la contaminación, intervinieron en colegios y zonas cercanas a los depósitos, y coincidió en que ahora el principal problema es el pandillaje que lleva el plomo a los hogares. Reveló que este año invertirán unos S/.800 mil, para seguir con los dosajes de plomo y ahondar el tema nutricional.



http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/2009/02/06/16/3219/todos/3219.

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