jueves, 5 de junio de 2008

Carlos Angulo: EL BARNIZ DE LA EUFORIA

De: joo cesar - jocajoo1@yahoo.es
Fecha: Lun, 2 de Jun, 2008 2:45 pm
Asunto: Carlos Angulo: EL BARNIZ DE LA EUFORIA

En Blanco y Negro

El Barniz de la euforia

Carlos Angulo Rivas

La impaciencia, la ansiedad, la incertidumbre de Alan García por salir del fondo del abismo en el que está metido, lo lleva a mayúsculos disparates y extravagancias. A los engendros del pensamiento absurdo. Habla de grandezas igualitarias con los países del primer mundo y nos dice hay que pensar en grande, de allí que grita exaltado muerte a los pesimistas, a los cultores de la derrota, a los ratones o sea, pues, a los perros del hortelano; insulta a los periodistas cuando le piden aclaraciones a sus fabulosos anuncios para el 2011, 2016, 2020 y autoritariamente los manda a consultar a los dueños de las empresas periodísticas antes de pensar por sí mismos; promete organizar las olimpiadas en el Perú donde el deporte vive de limosnas y además, sin que nadie le haya propuesto ser la sede; para salir adelante con los desvaríos impone sus caprichos un débil funcionario aprista, Renán Quispe, a fin manipule las cifras estadísticas del INEI anunciando una reducción de la pobreza en más de 5% en este país de las maravillas donde él es el líder; se gasta 320 millones de dólares en una reunión internacional ALC-UE, cuyos resultados son ni chicha ni limonada y donde él se lució con la charlatanería acostumbrada en la apertura y cierre, sin dejar hablar a los presidentes que sí tienen algo que decir como Evo Morales, Rafael Correa, Lula, Cristina Kirchner y Hugo Chávez; se infla hablando de un crecimiento económico donde las empresas transnacionales se llevan todo y de todo; y por último aprueba la invasión de tropas norteamericanas en la región de la sierra central de Ayacucho y en la amazonía con sede en Iquitos, a través del mismo pretexto colombiano de combatir el narcotráfico, negocio millonario donde más de un aprista y él mismo (lo mismo que Álvaro Uribe) están metidos con altos oficiales de la Fuerza Armada y Policial.

Con las tres cuartas partes del país en contra de este gobierno de la gran estafa nacional, Alan García sabiendo de su escuálido 25% de aprobación nacional, ordena una encuesta amistosa de empresas subvencionadas por él en Lima y Callao, para que le informen lo que quiere escuchar en medio de su depresión neurótica: gracias a sus acertadas políticas y a los hermosos discursos en la cumbre ALC-UN usted, señor presidente, ha recuperado un diez por ciento en la aprobación popular. Pero en medio de la teatral euforia de Alan García, donde ninguna de las promesas electorales se cumple, menos en el giro asumido por él de tramposo inconcebible, resalta únicamente la clara imitación al comportamiento del delincuente japonés Alberto Fujimori, quien de simpático populachero en la campaña electoral pasó al extremismo neoliberal de los “paquetazos” ordenados por el Fondo Monetario Internacional, superando con creces el programa de Mario Vargas Llosa, el candidato de los ricos como lo llamaron los apristas para imponer al “chino.” Y, hoy constatamos que para imponer un programa de continuidad del neoliberalismo extremista se repite también el autoritarismo y la dictadura con cara civil de Alberto Fujimori, con un régimen represivo total de características ilegales y anticonstitucionales, antijurídicas y fascistas, sin tener la excusa de combatir a las fuerzas subversivas y el terrorismo como cuando el japonés echaba mano justificadora de sus crímenes. De allí parte el vivo interés de Alan García de resucitar el terrorismo y de seguir dando vida a organizaciones políticas inactivas como el MRTA.

En todas estas escenas teatrales montadas en la cura del sueño de Alan García, aplicada en beneficio de trasmontar su depresión, la angustia y la impaciencia en euforia desmedida, salen a su encuentro los analistas políticos rentados como imprescindible tabla de salvación. No ser reconocido por las tres cuartas partes del país, indudablemente, trastorna a cualquier megalómano; sin embargo, ahí están los analistas políticos, en la adulación típica al poder de turno donde unos destacan más que otros. Y por supuesto, entre ellos, como lo observé en notas anteriores, está el analista checo, escritor y corrector de los mamotretos que Alan García publica en El Comercio en los capítulos de suspenso “El perro del hortelano” y hasta en libracos de interpretación de Haya de la Torre. En cuatro apologías el analista checo, transformado en ideólogo alanista, defiende a capa y espada las cifras del INEI del tal Quispe y el día de ayer le pone la cereza a la torta o el barniz a la euforia de su dilecto amigo, el señor presidente. Titula a su nuevo panegírico: “¿hasta dónde llega la idea de lo social?” Y vende la falsedad de un posible giro a la izquierda de su defendido, Alan García, basado en los discursos de la euforia desmedida y seguramente en los insultos prodigados a todos quienes no le creen ni de manera alguna le pueden creer. Pero eso no es todo, para convertir a su defendido en un líder socialdemócrata moderno (¿?) muy suelto de pluma el checo afirma: “El lanzamiento de las cifras de menos pobreza por parte del gobierno (insiste en creer en ellas y no en adulteración denunciada) ha producido un nuevo escenario político. De una parte ha introducido la idea de que esa reducción es posible, lo cual relativiza mucho la idea de que hay que ser paciente mientras la economía engorda. En otras palabras, se está creando una nueva demanda psicológica.” Increíble ¿verdad? ¿Puede ser alguien paciente con quienes se llevan la riqueza peruana a manos llenas y con García Pérez y sus secuaces que se enriquecen a más no poder, mientras la economía engorda?
Repito lo dicho en las notas pasada, la reducción de la pobreza anunciada alegremente por Alan García, quien ordenó al tal Quispe inventar estadísticas, significa que la pobreza se ha reducido en el país porque, evidentemente, los ricos han dejado de ser más pobres. El sociólogo Julio Cotler lo dice de otra manera en una entrevista publicada en El Comercio: “Los que se benefician de todo esto son los sectores más altos. Los de Lima y de la costa. Los sectores empresariales están eufóricos. No solo aquí sino también afuera porque se ve al Perú como un milagro latinoamericano. Pero el crecimiento económico capitalista lo que hace es favorecer la concentración de la riqueza. A nuestra tradicional desigualdad, se le agrega esto, que hace que otros sectores solo la vean pasar. Aquí la cosa es de lo más paradójica. Hay un sensacional crecimiento económico, pero a la vez una sensacional desaprobación al régimen político, a la democracia y al presidente. Esto nos dice que la economía anda muy bien pero la política está muy mal. El presidente parece más un gerente de relaciones públicas de empresas que un político que busca consensuar acuerdos. Cuando encuentra oposición los insulta, somos perros. ¿Qué cosa es la gobernabilidad democrática? Convivir con el diferente. A mí esta euforia de García me hace recordar su euforia de 1987. No aceptaba razones de nadie y podría decir las cosas más inverosímiles. Esta historia de los juegos olímpicos es una muestra. En vez de hablar de olimpiadas, ¿por qué no se propone que, cuando acabe su gobierno, el doble de los chicos comprenderá lo que lee y hará las cuatro operaciones matemáticas? Pero no, él tiene esa cosa fastuosa y faraónica. No quiere hacer política porque hacerlo significa ceder, reconocer a los otros. Si hay una huelga, García saldrá a decirles de terroristas para arriba. Hay un talante autoritario.” Vaya, felizmente se dio cuenta y tiene presente el “tirar a matar” por decreto legislativo, aplicable a las manifestaciones y movilizaciones sociales de protesta colectiva.

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