domingo, 29 de junio de 2008

LA ONDA ENCANTADA DEL MONO AZUL

De: Juan Rendón - viento6corazon@yahoo.com.mx
Fecha: Dom, 29 de Jun, 2008 4:04 pm
Asunto: LA ONDA ENCANTADA DEL MONO AZUL

LA ONDA ENCANTADA DEL MONO AZUL



A veces parece que la vida se acorrala en algo demasiado serio, parece que la vida mientras más la vivimos, y la acumulamos en la espalda o en la frente o en el vientre, hace que todo lo vivido se convierta en algo que ya no tiene vida, es extraño, es como si se abandonara el derecho de maravillarse con las cosas, es como si hubiera una norma que obligara a que desde un momento en adelante, todo tiene que ser muy serio, todo tiene que verse con esa frialdad que aleja y que hace que hasta el acto más inesperado se vea como algo que ha ocurrido siempre. De pronto los días se tornan tan iguales, de pronto las noches sirven para tan pocas cosas, de pronto las horas de día están ordenadas en un mueble y se van sacando y devolviendo a diario a su mismo sitio, en un orden que aplasta, de repente la vida es un conjunto de rutinas, se comienza a la misma hora, se repiten en el mismo orden, tanto así que cualquier cambio puede descolocarte todo, que ese día, por ejemplo, no esté el jabón donde se debe, se retrase el bus de la mañana o se extravíen las llaves justo antes de salir de casa, o descubras en la mitad del viaje que ya no tienes dinero para devolverte, o que el caminar por la calle, aún semidormido, como siempre, choques con alguien, con un árbol o sueñes rumbo al mar justo antes de entrar en tu trabajo. Cosa que te pase, fuera de lo acostumbradamente, se convierte en una desventura, en un quiebre inesperado, que lo peor y lo mejor que hace es sacarte de lo diario. Esa es la energía de la onda encantada que hoy día comienza, la onda encantada de un ser que se encuentra en la mitad del camino entre el animal instintivo, que reacciona por sus emociones libres e inconcientes, y el hombre que se sabe, que hace, que es conciente de sus posibilidades y las usa y construye y suma y opera en la realidad haciéndola, es ese Mono Azul el que se viene desde el centro mismo de la galaxia y que habrá de confundir las cosas, que se pierdan en los lugares en que nunca habían estado, es la energía que desarma la monotonía y la repleta de magia, es el niño que sorprende con sus frases y palabras, que dice por ejemplo la increíble coincidencia de estar de cumpleaños el mismo día de su nacimiento, y en vez de que ese gran descubrimiento sea un chiste o una muestra de falta de conciencia, sea una maravillosa ingenuidad que emociona. Piensa si acaso un hecho así te causa risa, o rabia, o te sorprende o te avergüenza o te impulsa a dejarlo atrás con rapidez, por considerarlo tan poco inteligente. Son tantas las maneras de mostrar como te has ido de tu niño interno, de esa niña que sugiere adivinanzas con la frase: ¿Qué animal empieza con “o” y termina con “veja”? O que le dice a la tía porque lleva en el pelo ese color de zanahorias… frente a eso ¿qué te han hecho?, te dijeron que a la tía no se le dice eso, te dijeron que a los niños no les compete hablar de cosas de grandes. Tantas maneras hubo en que se te fue perdiendo el niño que traía una lagartija entre sus manos para mostrar que tenía una lengua muy flaca, mientras la madre gritaba por la casa, huyendo de ese monstruo, delirante y que hizo que la arrojara de inmediato, lavándole las manos con una escobilla plástica, ¿te das cuenta?. Fueron tantas las maneras en que fuimos alejándonos de hablar solos con amigos secretos, de decir con inocencia las cosas de la misma manera como son, sin disfraces ni eufemismos, te fijas que de pronto sólo aquello de un valor muy alto puede sorprenderte hoy, que sólo aquella información muy rebuscada es la única capaz de llenarte de ilusión, que sólo aquella meditación repleta de signos esotéricos es capaz de arrebatarte el alma, y una hoja que demora un tiempo demasiado largo en caer hasta la tierra, y que fue justo a tu lado, no la viste, te das cuanta que hay trozos de papel que el viento, eleva hasta desaparecer, en el cielo. De todo esto es este tiempo que se viene, de este tiempo mágico, repleto de ilusión, de este tiempo de niños que se ríen en el cosmos, de este tiempo en que a juegos se puede devolver a la vida lo que sólo perece muerto. De eso se tratarán los próximos trece días, la energía estará ahí, te van a suceder las cosas más raras, verás como de repente lo de siempre no va a ser, y entonces tú tendrás que verte, cuál es la reacción con que lo enfrentes, será que te enfurezcas, que culpes a todos o a todo por lo que te esté pasando o te vas a reír hasta las lágrimas al darte cuenta que este Mono Azul te está pasando una jugada, para que te vuelvas a encontrar con ese niño y esa niña tuya, que siempre llevas dentro, y que para siempre te ha de ayudar a superar la crisis, con un juego, una respuesta original, un gesto, una canción, que sólo la inocencia de tu alma diga. De eso se trata este tiempo, deja entonces que suceda, canta por la calle si te nace, corre un poco si te viene un estertor fucsia al corazón, detente a conversar con una insecto o lleva en tu bolsillo algún juguete pequeñito todo el día y aprecia de la vida lo sencillo, lo más simple, lo de siempre que para este niño nuevo, y sin conceptos atrapándole en los ojos o clavados con alfileres de gancho en las piernas y las manos, es algo que recién existe, que es capaz de correr hasta su padre para decirle que eso que brilla en el medio del cielo es el sol, o que piensa que cuando crezca le va a regalar una luna porque sabe que a él le gusta, o que le habla a dios, con minúscula, de sus pequeñas cosas, de que pueda conseguir que su mascota le hable. Son tantas maravillas que se pierden a costa de crecer y de ser hombres y mujeres de valor, maduros y centrados y concientes y adultos y serios responsables y otra suma de palabras con moldes de cemento, amarradas al cuello, a costa de asumir que la manera en que el mundo te quiera, es que sepas demostrar que estás tan grande, que ya no queda huella de tu niño entre tus actos: no creas, no te hagas eso, ve directo a tu cuarto de juguetes repleto de colores tan opuestos a la ropa que hace años llevas puesta, devuélvete a creer que puedes llevarte el mar para la playa con tu balde verde, piensa que de hablarle a los pájaros puedes conseguir que no se coman las ciruelas del árbol, cree que con tus brazos abiertos eres un avión que vuela mientras el motor suena con un vibrar prolongado de tus labios que salpican el aire, seguro que has pensado que sería demasiado desatinado hacer algo así esta tarde, al salir de la oficina, seguro que de hacerlo habría un cerro de personas dispuestas a evitarte o que al llegar a sus casas relatarán de un loco que cruzó por su camino, ¿te fijas como nos han cambiado? Tanto que eso ya no cabe en tu vida, sin embargo, cuánta falta te hace, cuánto necesitas desabotonarte el cuello y soltarte las amarras del zapato y pasearte por tu casa disfrazado de jirafa.

La gran necesidad de esta energía es poder reencontrase con la magia de la vida, poder tener otra vez la ilusión como una herramienta luminosa y poder hacer de la vida el arte de gozarla como un niño, que recibe de regalo una autopista gigante y electrónica y juega a hacer castillos con la caja. Haber si te aprovechas de este tiempo de magia, de ilusión y de ojos grandes y nuevos, para hallarte en la inocencia que nos abre a la nueva dimensión que viene, con la cierta sensación de un juego en que tú eres la reina , tú eres el rey y todos, la tierra.



DRAGON RESONANTE ROJO

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