domingo, 17 de agosto de 2008

NOTA: Arquímedes Torres | Hallazgos. La doble vida de un militante de siempre

De: joo cesar - jocajoo1@yahoo.es
Fecha: Dom, 17 de Ago, 2008 7:52 am
Asunto: Arquímedes Torres | Hallazgos. La doble vida de un militante de siempre

LA REPUBLICA 17/08/2008

Domingo
Arquímedes Torres | Hallazgos. La doble vida de un militante.
Fue un aprista disciplinado durante su juventud. El partido era entonces contestatario y enemigo de dictadores y oligarcas. Arquímedes "El Chino" Torres pertenecía a una élite: la Vanguardia Aprista de Choque. Más tarde rompería con el APRA y junto a otro disidente, Luis de la Puente Uceda, participaría en la fundación del MIR. En el APRA se hizo amigo de Víctor Polay Risco y en las filas del MRTA se volvió el hombre de confianza de Víctor Polay Campos. Conoció la cárcel siendo aprista y volvió a pisarla por su militancia emerretista. Pero tenía otra vida: la de bailarín eximio, correcto taxista y diligente padre de familia. Aquí se la contamos.

Por Melissa Goytizolo Castro*.

Todos tienen un lado oscuro. Una doble cara. Una vida paralela y secreta. Arquímedes Torres Ramírez fundó el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y actuó como mano derecha del dirigente de la organización, Víctor Polay Campos. Pero muy pocos lo sabían porque casi toda su vida transcurrió en la clandestinidad. A la muerte del "Chino Torres", como lo conocían en la cúpula del MRTA, finalmente Polay decidió develar la identidad de uno de los más veteranos, inflexibles y determinantes miembros de la dirigencia del grupo subversivo que protagonizó la guerra interna en el país. La historia de Arquímedes Torres Ramírez también es de alguna manera la historia de la subversión en el país.
En el prólogo de su libro "En el banquillo: ¿terrorista o rebelde?" Polay menciona el caso de Arquímedes Torres. Hasta entonces, no se sabía que se trataba de una pieza fundamental del engranaje del MRTA y que tomaba decisiones de vida o muerte. "Estuvo ligado desde el nacimiento del MRTA", relató Víctor Polay, condenado a 35 años de prisión por terrorismo, y quien aceptó dar su testimonio sobre Torres: "Era muy celoso de las normas de seguridad. Sí, participó en la dirección nacional del MRTA. Primero su papel fue esencialmente político, y más adelante, cuando empezaron las acciones armadas, intervino en las tareas de apoyo, como logística e información. Se ocupaba de las cosas más delicadas y de confianza dentro del MRTA". Lo que ayudó al "Chino Torres" a dificultar su identificación era su destreza para los disfraces y las falsas apariencias.
Nacido en 1919, Arquímedes Torres era de la vieja guardia aprista. Empezó a militar cuando el partido de Haya de la Torre estaba fuera de la ley y actuaba en la clandestinidad, entre finales de los años 30 y principios de los 40. Por su fortaleza e ímpetu, integró la Vanguardia Aprista de Choque (VACH), cuyo título lo dice todo.


Años cincuenta. El ´Chino Torres` con su amigo y compañero Eduardo Mallqui, antes de romper con el APRA. (Foto: Archivo Mallqui).

"Se encargaba de repartir a escondidas el diario ‘La Tribuna’ y organizaba manifestaciones del partido", recordó su amigo durante 65 años, Eduardo Mallqui, quien compartió su inicial experiencia política: "Era un verdadero búfalo aprista, un defensista", apuntó el poeta Juan Cristóbal, otro de sus amigos íntimos: "Era un sujeto que se encargaba de la seguridad de los locales partidarios donde había reuniones reservadas y también atacaba a los grupos opositores".
CAMBIO DE LÍNEA
Durante el primer gobierno de Manuel Prado Ugarteche (1939-1945), Torres fue apresado y confinado en el penal de la isla El Frontón, donde estrechó vínculos con Víctor Polay Risco, fundador del APRA y padre de Víctor Polay Campos, con quien muchos años después compartiría la conducción del MRTA. "Lo atraparon distribuyendo ‘La Tribuna’, que estaba prohibida por entonces", afirmó Eduardo Mallqui: "Cuando cayó preso en 1942 lo torturaron. Lo colgaron varias veces de un gancho en el techo. Cuando lo fuimos a ver no podía levantar ni una cuchara. Pero no delató a nadie. Era muy fuerte. Pudo haberme echado a mí pero no dijo nada. Por eso lo mantuvieron detenido por mucho tiempo".
Arquímedes Torres y Polay Risco pasaron dos años y medio en la cárcel. "Se hicieron muy amigos porque había un acercamiento racial. Ambos eran mestizos y de origen chino. Su amistad fue duradera", dijo Otilia Polay Bárcena, viuda de Polay Risco y madre de Polay Campos. Inconforme con las alianzas, pactos y convivencias del APRA, Arquímedes Torres se sumó al APRA Rebelde, facción creada por Luis de la Puente Uceda, que luego derivaría en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el cual pretendió desarrollar una insurgencia a imagen y semejanza de la Revolución Cubana en 1965.
"En el MIR, Arquímedes fue más que todo un hombre de confianza y seguridad, bastante reservado y disciplinado", explicó Juan Cristóbal: "Su papel fue coordinar y desplegar tareas clandestinas, como por ejemplo conseguir documentos falsos, esconder y cuidar gente, guardar cosas importantes, encontrar casas de seguridad. Todas estas labores las realizaba manejando su taxi. Prestaba su vehículo para repartir volantes, trasladar compañeros, recoger a la gente de a pocos y llevarlas a un lugar desconocido o clandestino. Eso hacía Arquímedes".
Debido a la confianza que le tenían, a su experiencia y resolución, a Arquímedes le asignaban otro tipo de tareas. "Si alguien traicionaba o aflojaba, o no hacía los deberes, y teníamos que ajustar cuentas, para eso era muy bueno Arquímedes", dijo Juan Cristóbal. El fracaso de la guerrilla del MIR, aplastada por las fuerzas especiales del Ejército, no derrumbó, sin embargo, el ímpetu subversivo de Arquímedes Torres Ramírez, quien pudo salvar el pellejo de la represión generalizada que siguió a la desaparición del partido de Luis de La Puente Uceda. Arquímedes "El Chino" Torres" continuaría en el MIR-El Militante, una de las facciones que resultaría de la división de la derrotada organización guerrillera. Y justamente, el MIR-El Militante sería parte fundacional y constitutiva del MRTA, en 1982. Dos años después, esta agrupación iniciaría la lucha armada.
Casi veinte años después de la primera aventura con el MIR, Arquímedes Torres emprendía nuevamente un periodo de clandestinidad, indispensable para un proyecto que implicaba conspirar y subvertir. Para ocultar su verdadera identidad, Arquímedes se hizo llamar "Iglesias", el mismo alias que usó en las guerrillas de 1965.
EL CAMALEÓN


Desde temprano supo llevar una doble vida. Públicamente, era un anónimo trabajador, en secreto, un conspirador. "Entre los años 30 y 40, al mismo tiempo que pertenecía a la Vanguardia Aprista de Choque, ‘El Chino’ Arquímedes era conocido como un eximio bailarín en Barranco, en la época en que existían numerosas escuelas de baile y los fines de semana había competencias en las que participaba y asombraba por su conocimiento y habilidad. ‘El Chino’ no faltaba", narró Víctor Polay Campos: "Pero como estaba a órdenes de Víctor Raúl Haya de la Torre y de Luis Felipe de Las Casas, durante la dictadura de Manuel Prado tuvo que dejar esa afición para dedicarse por completo al partido".
"Arquímedes también trabajó como sastre en una casa de modas del Jirón de la Unión que confeccionaba ropa de mujer. Hacía diseños femeninos", recordó Eduardo Mallqui. Era la viva imagen del conspirador con doble vida. Eduardo Mallqui, Juan Cristóbal y la poeta Rosina Valcárcel, otra amiga de Arquímedes Torres, afirmaron que no sabían qué cargo desempeñaba en el MRTA. Mallqui y Cristóbal lo describieron como una persona extremadamente reservada en cuanto a su papel en el grupo subversivo.
Pero Víctor Polay, después de reconocer que Arquímedes Torres era uno de los jefes de la agrupación, describió qué actuación cumplió: "Después de la toma de Juanjuí (23 de diciembre de 1991), que me hizo conocido públicamente y perseguido, Arquímedes Torres seguía seguro a mi lado. No obstante que ofrecían un millón de dólares por mi cabeza, él era la única persona que reunía las condiciones de seguridad y de confianza para que me movilizara y llevara a cabo reuniones", dijo Polay.
Luego de la primera detención de Víctor Polay en Huancayo, en 1989, la policía antiterrorista supo de la existencia de Arquímedes "El Chino" Torres. Tras la fuga de Polay del penal Canto Grande, en 1990, y su recaptura en 1992, el cerco alrededor de él se hizo cada vez más estrecho. En 1993, finalmente, resultó detenido.
Pero todavía no se sabía con certeza que era un alto dirigente del MRTA. Lo arrestaron como colaborador de la organización. "Estuvo en la cárcel seis años porque participó en la compra de un vehículo de manera ilegal y que era usado por militantes del MRTA", relató Eduardo Mallqui: "El automóvil en el que lo encontraron no era su taxi sino un carro del movimiento. Arquímedes lo utilizaba como elemento de transporte. Llevaba a miembros del grupo de un lugar a otro, documentos, material, etc. Un día llegó con el carro a una de las casas clandestinas del MRTA y allí lo atrapó la policía, pues la base estaba interceptada". Era 1993. Entonces Arquímedes Torres o "Iglesias" tenía 74 años.
En 1998, la Comisión de Indultos lo dejó en libertad por razones humanitarias. Sufría del corazón y en prisión alcanzó los 79 años. En julio del 2006, falleció. "Mi padre era una persona muy seria y reservada, pero sobre todas las cosas era muy leal a sus principios", dijo su hija Laura Torres Uquieta. Ella fue la única que no abandonó al "Chino Torres" cuando la familia se enteró de que era miembro del MRTA. Arquímedes Torres Ramírez, el ex revolucionario aprista, el ex guerrillero del MIR, el ex dirigente del MRTA, se fue de este mundo sin enterarse de que Víctor Polay Campos había declarado que la lucha armada ya no es el camino para la toma del poder.å
1942. Arquímedes Torres Ramírez (tercero, de izquierda a derecha), uno de los búfalos de la legendaria Vanguardia de Choque Aprista (VACH). Su amigo Eduardo Mallqui aparece en el círculo de la derecha (Foto: Archivo Mallqui). Abajo, militantes y dirigentes del MIR a comienzos de los años 60, cuando se preparaban para la guerrilla. El "Chino Torres" es el primero de derecha a izquierda. (Foto: Archivo Mallqui).
*Del Taller de Periodismo de Investigación de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).

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